martes, 30 de agosto de 2011

Crisis económica global


Por Javier Schulze



“No es benevolencia del panadero que esperemos nuestra comida, sino preocupación por sus propios intereses” Adam Smith

     Junto con la crisis del petróleo en 1973 y la apertura de los mercados internacionales, el neoliberalismo creó una bomba de tiempo que está estallando en estos días. El capitalismo financiero, impulsado por la desregulación y los gobiernos poco interventores, detonaron una crisis global, itinerante y estructural que deja como consecuencia grandes ganancias privadas e inmensas perdidas públicas.
La recesión global sufrida en 2008 marcó la antesala de lo que hoy está ocurriendo. Con el correr del siglo XX, las firmas bancarias se volvieron tan grandes que, actualmente, sus quiebras amenazan al sistema, siendo los Estados nacionales quienes tienen que salir a respaldarlos ante una desestabilización social. El fraude  siempre fue inminente, los grandes monopolios se aprovechan del respaldo público para especular, pedir, vender y otorgar préstamos, y así, finalmente generar  más utilidades privadas.
 Desde inicios del siglo XXI, se produjo un apalancamiento que subió el tope de deuda bancario, en forma desmedida en relación a sus activos, y se comenzó a inflar una burbúja financiera de la mano de los préstamos Suprime, es decir, créditos hipotecarios otorgados a prestatarios que no los podían pagar por sus altas tasas de interés. Los bancos de inversión vendieron sus derivados complejos – Obligaciones de Deuda Colaterizada (CDO)- a inversores, ahorristas y accionistas internacionales, generando así más utilidades, desprendiéndose de los deudores poco confiables y sellando lo que sería un fraude global.
Frente a el estallido económico y el riesgo social, los gobiernos pusieron en marcha salvatajes financieros que produjeron una alta bolsa de deuda y una crisis generalizada, no sólo en Estados Unidos, sino tambien en los denominados PIGS – Portugal, Irlanda, Grecia y España- .
Los principales directores bancarios proponen una economía mundial que preconiza el individualismo y la avaricia junto con la estructura planteada por el capitalismo financiero sin nación, que sólo enriquece al sector privado y fomenta la desigualdad de clases.
            La creación de más empleo y mayor intervención estatal debe ser el objetivo macroeconómico principal de los gobiernos, la economía no debe estar dirigida por los intereses financieros sino por las necesidades públicas ...                                                                                                                                                                    

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